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Cambié las letras de lugar aunque jamás sonó creíble el resultado. Pero yo me lo creí porque siempre lo hago. Empecé a tragarme las palabras cuando dejé de escribirlas en tu piel. Pero yo seguí pintando con mis manos ciegas. Y di con un lienzo de piedra.

2 comentarios:

Dara dijo...

Y no se pintó nada, pero no se dio cuenta.



Un miau en gama de grises

malena dijo...

wow!durísimo y me encantó.
un beso