No hago más que pensarlo, 
dar vueltas a una idea, 
exprimirla, estirarla, 
retorcerla, tirarla contra la pared 
y rebotarla, 
comprimirla, masticarla 
y escupirla... 
Finalmente la desecho, 
porque nunca sirve de nada,
y pensar no es suficiente,
y me siguen faltando agallas.
