...

Se parte en dos sin emitir sonido. Sin perder la más mínima concentración.
La oscuridad escondió del día toda la parte vacía de la voz de una canción reescrita para mí, un color que no existía entonces.
Reconstruí las partes en el momento en que llegaste.
Conseguiste que el suelo no estuviera frío y que la noche corriese deprisa, cual rayo que ilumina la porción de cielo en la que cae, como una caricia.
Y ahora todo es así, casi como lo había diseñado, un poco más a la aventura y un argumento mejorado que soy capaz de estropear.
Y ahora huele todo así, muerta de miedo.