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Tengo un espacio completo entre tu mano y la mía. Tengo un techo insomne que a medianoche me vigila. Tengo poco descaro y nada que darte. Tengo el arte de la complicación y la semántica práctica perdida. Tengo un guiño del cielo y un beso de más en la mejilla. Tengo una guitarra muda y un simplificador. Tengo pudor y nostalgia, palabras sin color. Tengo una canción y obsesiones, no tengo remedio. Tengo mariposas enjauladas y órganos carcomidos. Tengo más idas que venidas y siempre un regreso de bruces a mi vida. Tengo aquel sol escondido en mi retina y el madrugar de un vagón vacío. Tengo tragedias y aforos completos, butacas ocupadas por clones de mí misma. Tengo listas de deshechos y planes de presente que hablan en pasado. Tengo respiraciones entrecortadas y un reloj que dice 'hasta la vista'. Pero no tengo un 'tú', ni un 'yo', ni tengo absolutamente nada.

Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar...