...

Adicta al goteo lacrimal
me introduzco en una disyuntiva:
dejo el asunto zanjado
seducida por el ventanal
testigo de la caida,
o me trago las entrañas
de patrañas, y nudos,
y emergencias de salida,
desgastándome con el temporal
que por ti no tiene tiempo,
ni principio,
ni final.