...

No hay ápice de tiempo en esta noche que me impida amanecer despierta. Tampoco hay luna, nunca antes hubo.
Ante mí yacen mis pensamientos condensados en batallas que estallaron en mi frente, que me hierve... y esbozo una sonrisa de derrota.
Mis disculpas por no saber bailarte las palabras, y por las obvias inexperiencias de mis acentos. Nunca pensé que te escribiría tan pronto, ni tan torpe, pero me sorprendo aquí y no me avergüenzo. Todo parece nítido cuando miro a través del visor...
No quiero que te detengas en las tapas de este cuento, el cuento en el que nadie supo ahondar. He pulido mi coraza con esmero durante este tiempo y sé que tengo algo dentro, puede que escondido, pero tengo algo que dar.
Nunca creí que el amor de nadie pudiera salvarme, y ahora tampoco. Pero quizá amor sea lo que necesite.