Qué complicado el miedo, ¿verdad? Qué retorcido.
El miedo a sentir que no aproveché bien el tiempo. Miedo a aburrirme de vivir.
Que quizá nunca tenga la oportunidad de ser como quise ser. Que me quede a medio camino de todo.
Miedo a no haber sido lo suficientemente clara conmigo misma, con el resto, y haber perdido oportunidades de ganar algo. Miedo de haberme equivocado.
Ese miedo a que no haya recompensa al final por todo lo sufrido. El miedo de saber que no hay ninguna.
Miedo a olvidar o perderme. Miedo a acostumbrarme a vivir de la nostalgia.
Miedo a ser como todo el mundo. O que el rechazo continúe hasta el final por no serlo.
Miedo a no ser suficiente para nada, para nadie. Miedo de dejar de creer en mí.
Miedo a no encontrar el equilibrio entre emocionarme y sentir tristeza.
Miedo a que nunca se vaya la ansiedad. A que se vaya, y comenzar a vivir por mi cuenta.
El miedo a vivir. O a tener que pasar una vida sin saber qué es eso.