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Que a qué vengo... pues a encontrar algo, supongo. Por si se da una de esas casualidades de la vida y lo que trato de buscar se encuentra aquí, y no allí, en cualquier lugar. Porque si no está aquí me da lo mismo dónde esté, el caso es que sigue lejos... o tan cerca. Cerca como estuviste tú de mí, tan lejos a pesar de estar a mi lado. Eso es a lo que vengo... Saber hasta dónde puedo echar de menos todo lo que no tengo, todo lo que nunca he llegado a ver, todo lo que ni siquiera he acariciado. Aquí es cuando entiendo que no se deben comparar los recuerdos, ni aferrarse a uno en concreto. Sobre todo cuando apenas es real. Eso te impide disfrutar del resto de acontecimientos de la vida. Con las personas pasa algo parecido que a mí siempre se me olvida. Pero no he venido a quejarme, eso lo dejo para después. Tan sólo esperaba hallar un motivo, una razón, un argumento por inválido que sea de que la búsqueda no será en vano.