...

Ahora que he perdido el hilo
me ahorco suave y lentamente
para sentir como se arrastran las palabras por la garganta,
esas que no son para mí, porque no las he merecido.
Ahora que regresas a mi mente desahuciada
y a escondidas, pediré perdón por no ofrecer mejor refugio
a tu frágil mirada que sostener ya no me toca
porque ya no hay tiempo para mí, ni para crear algo que no existe
ni hay un as escondido pretendiendo que el juego continúe.
Ahora que es tarde y he perdido los papeles
y los guiones y las ganas de seguir interpretando,
me rindo al final predicho, me cierro a la escucha
y me muerdo la lengua.