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Noches de verano de matiz grisáceo, sin caducidad, sin enchufe, para quemarse sin sol...
...y odiarse los amaneceres, las tardes y quererse barata las noches, acompañada.
...y desandarse la vida, añorando estar allí sin estar del todo aquí, perdiendo la cabeza.
...y prendiendo las farolas de bandas sonoras y, en algún escondite, echar de menos lo que nunca tuvo del todo.
...y no ser perseguida más por una estrella, y ver toda capacidad de soñar morirse como se morían las olas al romperse en sus pies, no hace tanto...