Si empezamos por dónde debimos comenzar, jamás llegaríamos a ningún lado. Si pudiera lanzar un deseo al universo podría ser el de volver a vernos en el mundo en que no nos separamos. Y ya no tener que ir a buscarte nunca más. Pero qué tendría eso de romántico. Acaso sería poético el tenerte sin pasar una vida entera persiguiendo eso que no fuimos. El recuerdo de tu mano en la mía deambulando por una calle cualquiera en la que solía tararear canciones totalmente desprovista de vergüenza o barreras. Pretendiendo ser felices. Sin saber que la vida era otra cosa en la que uno realmente se enamora de la nostalgia.