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La gente que quiere escuchar verdades se tapa un oído por si así se amortigua el sonido. Tú las quisiste y pudiste escuchar miles saliendo de mis labios, de mis manos, de mis ojos.

Te dije que nunca había dejado de mirar. Te dije que seguía buscando debajo del sofá el momento en que (te) perdí. Te dije que seguía creyendo en los domingos nublados tirada en cualquier lado. Te dije que la lluvia llegó tarde en la noche pero me hice inmune al frío. Te dije que deshice cada uno de los pasos para no seguirte más cuando me sintiera sola. Te dije que ya te había dicho que esto acabaría así. Te dije que todo estaba bien y no miraste atrás.

Quizá porque habías dejado de escucharme mucho antes.