Te perdí en una estación, creo que fue al final del invierno del año en que al mundo aún le quedaba algo de cordura. Hay, en algún lugar, un Madrid que nos dio una oportunidad más y un parque que apostó por nosotros, entre cientos. Hay tantos mundos en el mundo, que aun sabiendo dónde estás ya no sé el camino. Es un arte olvidar, escribirnos con minúscula en la historia. Volver a quedarse en blanco en el mismo ensayo de siempre. Yo no me he curado de no haberte vivido, pero eso sigue sin tener significado en este lado de mi pared. La realidad parece una, la realidad hay que escaparla. Te escribo en una calle abandonada, esperando que oigas el eco.