...


Es como ser un extraño dentro de ti mismo y un poco esclavo del mundo. Así es cómo te veo. No sé si te acabas de reconocer en lo que haces; yo no te reconozco en las palabras que dices. Veo a ratos esa independencia de la que presumes. Te mueres por ser sincero para acabar con tanta estupidez pero nunca te acaba saliendo, tan sólo una sonrisa, asentimientos y movimientos de cabeza sin ningún fin aparente (cobarde), tan sólo el de dejar que las cosas sigan su curso sin que piensen que eres un animal. Pero deseabas serlo porque es lo que se ajusta más a ti, es el tipo de papel difícil que te gusta, porque para hacerlo bien puede costar demasiado y eres una persona amante de los retos. Sin embargo, en escena, te muerdes la lengua traicionándote a ti mismo una vez más y, de nuevo, sonríes por dentro pensando que en el fondo es divertido que haya tanta gente ingenua (e idiota) suelta por el mundo. Parece que te inspira. Aunque pecas de neutral y de apariencia dura. Me gustaría que te sintieras tan perdido como otros, tan fuera de lugar, para que te dieras la oportunidad de conocerte más a fondo porque no acabo de creerme lo que dices que eres. Precisamente porque lo dices, desde el primer día. No se puede descubrir nada, parece que 'lo que ves es lo que hay'. Y siempre hay más. Te siento como un extraño a pesar de todo este tiempo.