Contigo descubrí a Marta. Marta tranquila, Marta sosegada, Marta paciente.
¿Esperanzada?
Despejada. Contigo fue, contigo una tarde, otra tarde, y otra...
Allí donde sola no aprendía lo terapéutico que hay en sentarse, con los últimos rayos de sol del día, y dedicarse a la gran tarea de mirar. Contigo comentando a un lado. Tranquilo, sosegado, paciente.
¿Esperanzada?
Despejada. Contigo fue, contigo una tarde, otra tarde, y otra...
Allí donde sola no aprendía lo terapéutico que hay en sentarse, con los últimos rayos de sol del día, y dedicarse a la gran tarea de mirar. Contigo comentando a un lado. Tranquilo, sosegado, paciente.
¿Feliz?
Pero el invierno barre lo que las personas no consiguen matar por sí solas. Entonces es cuando uno decide si se quiere ser más fuerte.
Pero el invierno barre lo que las personas no consiguen matar por sí solas. Entonces es cuando uno decide si se quiere ser más fuerte.
Entonces, descubrí a Marta. Inexpresiva, decepcionada, confundida.
Marta sin ti.