...

Todas esas cosas que dijimos hace años que no haríamos, todos esos pudores que emanaban de cada estridente carcajada que dejábamos ir. Toda esa inocencia.
Luego vas aprendiendo que tu vida no es aquello que decidiste no hacer sino eso a lo que te atreves cada día, los pasos que das. Te vas desnudando al mundo, para llegar un poco más allá. Para conocer de lo que eres capaz. Porque al final tan sólo se trata de estar agusto con tu piel.