...

Viviendo la torpe creación
de un hebrio sin talento,
salto doble espacios,
tropiezo con acentos.
Con los días escritos,
paso las páginas recicladas,
plagadas de palabras
que no digo.
No hay giros de guión,
me siento punto y final
de un capítulo perdido.
Comprender que no se acaba bien
si es otro quién escribe con mis dedos;
si sólo vivo las penas
terminando con mi nombre en portada
y una lágrima impregnada
de tinta negra.