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Debería empezar por arreglar los desperfectos que siempre tuve la certeza de tener. Creo que no soy imparcial aunque, por otro lado, no creo que nadie pueda serlo… yo por exceso, otros por defecto. No sé en qué momento dejé de conocerme para empezar a tirar piedras sobre mi cama, conmigo encima, tumbada, mirando nada y dejando el tiempo correr… hasta reunir las ganas de retomar las cosas donde las dejé. Siempre se me dio tan bien ponerme en huelga contra mí o contra el mundo…