...

Necesito tus esquinas, todos tus vértices
cuando aún no sale el sol,
y las nuces de neón se suspenden en el aire.
El calor sofoca las palabras,
antes de que se derritan en tus oidos,
antes, incluso, de poder desprenderme de ellas.
Estas noches sin nubes,
las voy tejiendo de cartón y no me dejan mirarte,
si te miro no quiero regresar.
Las horas largas, los tragos no se acaban
porque los reflejos se ahogan en el vino
y ya no queda trozo de alma en mí
que pueda sostenerte, entre humos
y carcajadas, te alejas...