Cuando rompí el mundo que conocía,
algo mío regresó al punto de partida. 
Eso que aún revuelve en tus escritos tratando de reconocerse,
o adjudicarse algunas de tus palabras.
Palabras que usabas tú para luchar en tus batallas imposibles.
Esas que me llegaron, sin ser para mí.
Palabras que me creí, porque tuve que creer que sí.
Para seguir.


No hay comentarios: