Nada importa cuando vuelves debajo del edredón y la sábana, haciéndote una bola y dejando de ser quién no eres. Tan sólo sabiendo que no eres quién una vez soñaste ser. Y que cada noche es un poquito más tarde para conseguirlo. Sólo porque nadie te dio un empujón a tiempo o porque la vida se ceba un poquito más con los más débiles. Así es como se crean personas que se arrastran desde primera hora de la mañana.

No hay comentarios: