...

Te levantas con la sensación de pertenencia a este mundo dormida y, con toda las pretensiones de normalizar la situación, la vida se vuelve incontrolable. Empiezas a atrofiarte por dentro. Hasta que te confundes con todo, hasta que te vuelves reversible. Casi lo que no podrías ser. Lo que no existe. Pero estás ahí sin explicarte cómo, con los sentidos danzando por encima de tu cabeza, y un sentimiento de irrealidad que te produce una desesperación que para ti ya no es desconocida.

1 comentario:

Carla dijo...

no es desconocida, se ha convertido (casi) en mi mejor amiga...

un besito:)