...

En lo que se refiere a nosotros mismos, siempre poseemos información privilegiada. En lo que se refiere a mí, la poseo íntegramente y este hecho me otorga bastante poder (uno que no desearía tener, realmente).

Cuando conocemos a las personas nos damos cuenta de lo que quieren, de lo que buscan o esperan, del tiempo que dedicarán a invertir en la relación, sea ésta de cualquier tipo. Yo, que además de nacer defectuosa también salí un 40% pesimista, creo que, a pesar de haber hecho tantos esfuerzos en conocer a una persona en particular (llámalo ilusión, curiosidad o estupidez), no debo esperar nada de ella porque yo tampoco espero nada de mí.
Mejor es mantener alejado todo aquello que pueda importarme, porque si se acerca demasiado y por esa causa, se aleja, posiblemente me costaría recuperarme.

Igual es mejor esconderlo en una mano tras la espalda. Igual la idea nunca debió salir de mi cabeza.


2 comentarios:

desconocida dijo...

Me siento tan identificada con lo que escribes... Pero, intenta darte una tregua, nunca sabes lo que el riesgo te puede deparar. Un beso enorme!

Joyce dijo...

Es bastante complicado diferenciar entre las personas que merecen nuestro tiempo y las que no, al principio. Al principio sólo tenemos las primeras impresiones, la intuición. Eliges... y a veces aciertas, y a veces no. Y cuando aciertas es un gustazo. Y cuando además sale todo bien...