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No sé cuál es el problema, no sé si es mejor callarme o dejar de escuchar. Cada día las palabras tienen menos sentido o serán las personas las que no les dan el uso que deberían tener. Todo es un hablar por hablar que termina cansando ya. Un hablar que no conduce a ninguna parte, que hace gala, por el contrario, de ciertas carencias humanas y compromisos que no se terminan cumpliendo. Últimamente prefiero aumentar el inventario de música escuchada porque, por mucho que quiera, no encuentro personas que tengan algo diferente que decir.

2 comentarios:

Joyce dijo...

Siempre hay alguien que tiene cosas que decir, pero a veces estamos demasiados ocupados diciendo las nuestras.
Pararse. Escuchar. Tan sencillo. Y se aprende mucho.

Saludos

la chica del ático dijo...

Es dificl encontrar eso si...hay veces que el asqueamiento, y el inconformismo (en su medidad) nos hunden en el silencio.
La musica, segun dicen, amansa a las fieras ;)

un besooo y un abrazo