...

Se acerca la sombra, merodea mi cuerpo,
se arrastra silenciosa por el pavimento
y lame las huellas, rasca sus heridas
en rotas baldosas cubiertas de tientos
de pies y mentiras que caen de tu boca
y en mis cordones se ahorca ella sola...
entonces la veo, la sangre en el cuello
y entonces lo entiendo,
mi sombra, mi miedo...

2 comentarios:

Rodrigo dijo...

Hola.. es tuyo el poema??
me parece fascinante!!!

Un abrazo desde Chile.

[Q] dijo...

Dios, me ha encantado!! qué final ^^ precioso :)

A veces los miedos se esconden y como una sombra nos persiguen. Hasta que son descubiertos, y cuando les vencemos se esfuman...

No hay que dejar que sean más que efímeras sombras, pues cuando forman parte de nosotros es cuando corremos el peligro de caer en su tentación... pero no lo haremos, porque somo más fuertes que cualquier miedo.

Ya no sé ni lo que escribo xD
mmmua :*****