Hacen faltas más odas a uno mismo por ser tan personas en este mundo tan de inhumanos. Hace falta más mirarse y decirse: adoro mi sonrisa, aun teniendo un diente resquebrajado. Aunque todo esté empañado, adoro tener días malos. Escribiré, lloraré, no querré saber de nadie y luego volveré a ser la que era. La forma en que a veces aparento saberlo todo cuando es imposible que yo pueda querer eso, la forma en que oler los libros y acariciar las portadas me confirma que ahí dentro hay una cura para el alma. Y bailar a solas, tocar la pared congelada las noches que no puedo dormir. El querer estar tranquila, el tener un poquito de miedo a las emociones. El sentir el vértigo del llano. El odiarme algunos días, el odiar verme a través de los ojos que nunca me han querido. El tener algo en mis ojos, que sólo me hace mirar hacia arriba. Porque hay muchas estrellas bonitas y nubes raras, en este mundo de inhumanos.

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